jueves, 15 de febrero de 2007

Fin de Semana de Ensueño

.... Bueno, en realidad no. Fue un fin de semana de mierda. En estas circunstancias uno nunca sabe por donde empezar a contar tanta mala leche junta.


**TODO LO QUE ESTÁN POR LEER REALMENTE SUCEDIÓ**


¡Ahhhh... pero qué linda cosa es la lluvia! Regalo de los dioses, manjar de tierras sedientas... ¿Quién no ha tenido esos días de nostalgia solitaria, mirando desde la ventana un mundo en purga, un diluvio universal que purifica el alma en pena? Mi fin de semana pintaba ser una especie de retiro espiritual de este tipo, sólo interrumpido por el cumpleaños de una amiga que aprecio mucho. Realmente después de semanas de locura, merecía un poco de paz mental. Había llegado mi momento de revancha.

Como ya sabrán, porque seguramente son fieles seguidores de mi blog (¿?), no hace un mes me he mudado a un nuevo departamento. Un verdadero lujo. Hermosamente mantenido, ambientes luminosos, brillantes pisos de parquét, muebles armónicos y cómodos, y mi computadora conectada al mundo. Más no se puede pedir de un sólo techo.
También sabrán que no vivo sola. La Pía, propietaria del departamento y amiga desde el secundario, me había avisado unos días atrás que se tomaría el fin de semana para volver a los pagos y despejar un poco la cabeza de los agobios diarios. Todo parecía caer en su lugar. Estaría sola y de paso tendría la oportunidad de demostrarle a ella y a mí que puedo llevar adelante una casa por mi cuenta. No es que 6 años viviendo sola no sean suficientes per se para concluir que ya se limpiar un inodoro sin hacer arcadas, pero uno siempre busca confirmar su “independencia” en las pequeñas cosas.

Entrando ya en lo acontecido y dejando de lado la introducción, la Flor (amiga que se dedica a escarcharme constantemente en su
espacio de msn) me preguntó si no podía quedarse su caniche conmigo el finde. Ella tenía el cumpleaños del viejo en Santiago y yendo tan pocos días parecía ridículo pasar por todo el proceso de llevarlo con ella. Siendo que me auto denominé la “tía” del perro gay, y como pensaba quedarme la mayoría del tiempo encerrada a causa de la lluvia pronosticada, acepté. Así que heme allí sola en mi casa, con las alacenas llenas de comida, internét, t.v. por cable, libros, y un perro para hacer experimentos cuando lo otro me aburra. De estudiar ni hablar, ¿alguien lo notó?

A pesar de mis planes ermitaños, el viernes bien entrada la noche asomé la cabeza al exterior y me fui a lo de una compañera que me invitó con algo rico (acarreando el perro conmigo). Por supuesto que lo que fue del sábado, NI me cociné, NI leí un libro, NI vi tele y mucho menos le di bola al perro. Me dediqué a estar frente a la P.C. nerdeando como tantas otras veces en mi vida, mientras el can montaba furiosamente un peluche.

Tal como lo predijo el
Servicio Metereológico Nacional Argentino, a eso de las 8 de la noche, luego de mucho amague, empezó una tímida llovizna. Y con ella los problemas…
Eran ya las 12 de la noche y después de varios intentos frustrados de alistarme para ir al cumple, continuaba yo en la computadora viciándome a lo lindo. Para ese entonces la lluvia dejó de ser timidota y se hacía sentir con más fuerza. Entonces al fin pude arrancarme de en frente de la PC y entré a bañarme, sin saber que el agua sería el protagonista de la noche. Mientras, el perro continuaba dándole masa al peluche (aunque ahora se asemejaba más a un 69).

Es sabido por la gente que más me conoce que mis duchas no se caracterizan por ser veloces. Así que alrededor de la 1:30 a.m. me encontraba yo en medio de una crisis de ropa. Entre el aumento de peso y el clima inestable no sabía por donde empezar. Haciéndola corta, encontré un atuendo que reunió los atributos de tapar rollo y resguardar del fresco a eso de las 2 pasaditas. Solo faltaba chapa y pintura y estaría lista. La lluvia continuaba.
Lo primero que me llamó la atención fue un goteo persistente que venía del baño… estaba cayendo agua a la bañera, y no era de ninguna canilla…


*Danshu: Weeeeeee!! ¡Tengo una catarata! ¡Esta casa no puede tener más onda!
*Mente de Danshu: boluda, deja de chapotear y mandale un mensaje a la Pía que esto es serio ¬¬
*Danshu: Buuu! ¡Aburrida! por este tipo de cosas es que no te hago caso.


En fin… le mandé un mensaje (aunque continuaba chapoteando)…

*Mensaje: “Pía… cuando llueve… ¿puede ser que caiga agua x la ventilación del baño, que esta en el techo de la bañera? xq esta sucediendo justamente eso...”


Suena teléfono.

*Pía: ¡¿QUE LE HICISTE A MI CASA?!
*Danshu: Yo… yo… ¿yo no fui?
*Pía: ¡¡Corré y avisale al portero!!
*Danshu: ¡UH! ¡Buena idea! ¡Te llamo mas tarde!
*Pía: Dan… ¡DAN!.. ¿Dan?
*Danshu: tututututututu
*Pía: No cortaste ¬¬
*Danshu: Je… bueno, ahora voy.

Corté el teléfono. Naturalmente no le avisé nada al portero. Según mi diagnóstico, no era nada e iba a parar eventualmente. Por ende, continué con mi proceso complejo de embellecimiento que no voy a detallar ahora, pero involucra sangre de cabra y quitaesmalte.
Escucho nuevamente ruido de agua, pero esta vez no venía del baño sino del living. Me asomé para ver de qué se trataba y me encuentro que por el balcón estaba filtrándose agua y ganaba territorio rápidamente hacia el comedor.
Entré instantáneamente en un pánico tremendo. No sabía que hacer. Me quedé pasmada mirando el agua avanzar. No decidía si pisar el agua para desenchufar la computadora antes que haga cortocircuito (arriesgando electrocutarme) o correr al portero a suplicar ayuda. Estuve alrededor de 5 minutos deliberando, sin hacer ninguna.

*Danshu: …Me olvidé qué tenía que decidir…
*Cerebro de Danshu: ¡Por todos los santos, llamala a la Pía! Por Diossssss… necesito vacaciones.
*Danshu: ¿Desde cuando creemos en Dios, cerebro?
*Cerebro: ¡¡¡¡LLAMALA DE UNA BUENA VEZ!!!!

Llamo.

*Pía: ¿Hola?
*Danshu: ¡¡Pía!! ¡¡Se está… LA PU7@ MADRE… inundando todo!! NO SE QUE HACER, NO SE QUE HACER. ¡Entra agua por todos lados! PERO LA REPU#$% ¡Estoy desesperada! ¡No se que hacer! ¡Pía ayudame! ¡Pía!… ¿Pía?

*ruido de sirenas al fondo de la llamada*

Corté el teléfono. Pía estaba haciéndose resucitar con electroshock en santiago. Era evidente que estaba sola en este quilombo…
Decidí desenchufar lo que estaba más al alcance y bajé cagando al palier del edificio al grito de “SE ME ESTÁ INHUNDANDO EL DEPARTAMENTO” a los pocos individuos que tuvieron la mala suerte de encontrarse en el lugar. El portero me puso una cara de circunstancia que, a simple vista, leía “la puta madre, voy a tener que realmente laburar por un sueldo”. No puedo decir que se veía muy dispuesto a colaborar. Por suerte un flaquito, que luego dijo llamarse Martín, ofreció ayudarme. Subimos con él y el portero para encontrarnos que el 75% del living comedor estaba tomado y que empezaba a infiltrarse agua también por mi pieza (recordemos por favor que el departamento tiene parquet).

La casa era un caos. Tuvimos que subir las persianas para ver de sacar todo el agua posible cuanto antes. Qué desastre. Tantos años de vecinos tirándonos su mugre al balcón había logrado por fin terminar por tapar el desagüe. Encontramos de todo: envoltorios de alfajor, millares de colillas de pucho y hasta un forro usado flotando a su antojo (no es joda). El perro, al ver que salimos al balcón, no tuvo mejor idea que ir a embeberse en el agua negra para después hacerse pillar por toda la casa. Casi lo tiro a la mierda (perdón Flor pero se me cruzó un par de veces por la cabeza). Lo encerré en el baño, cosa que no duró mucho porque era el único lugar donde el portero nos dejaba vaciar los baldes (el nos daba indicaciones, o se iba a buscar “mas baldes” mientras nosotros hasta la cintura en agua)...

II.

Situación: Sigue lloviendo. Me encuentro vestida para salir, pero ya a esta altura de la noche he resignado cualquier posibilidad de que eso ocurra. Mis zapatos quedaron abandonados en algún rincón (de los pocos que quedan secos) y me encuentro en el livingo comedor del departamento con un lampazo, un balde y un trapo tratando de lograr lo imposible: quitar toda el agua que pueda antes que la madera empieza a saltar. Bueno hubiese sido que la velocidad en la que entraba el agua fuese menor a la que demoraba yo en tratar de minimizar la situación, pero no. Todo se asemejaba a una comedia a lo Charly Chaplin, en donde las cosas suceden de forma acelerada y ridícula. Sólo faltaba la música pepona e instrumental de principios del Siglo XX que satirice aún más mi parodia.

El portero no se sabe donde está. Lo último que escuchamos de él unos, 20 minutos atrás, fue un leve “Ya vuelvo”. Martín, el chico que me estaba salvando la vida (si. NO exagero. Me estaba salvando la vida), le había pedido que al menos se tome el trabajo de avisarles a sus amigos del piso 11 porqué no había regresado. Verán, él ni siquiera vive en el edificio. Cuando me vió llegar a los gritos, estaba de paso yéndose a comprar unas birritas para él y sus amigos. Y ahora se encontraba en el departamento de una completa extraña con cara de loca, mojado hasta las rodillas en barro, esquivando forros y caca flotante de perro, tratando de desagotar el desagüe del balcón en la más plena oscuridad y bajo la lluvia. Después no digan que no es un héroe.

Al Theo (caniche “peluchefílico”), al no saber donde ponerlo ya para que no joda, lo subimos a la cornisa del balcon. No, no somos torturadores de animales, esa cornisa es más ancha que la mierda, yo me tiro ahí a tomarme unos teres cuando esta linda la tarde. Sólo era lo suficientemente angosta para que el perro se quede en el molde, con sensación de precipicio y no moleste. UN problema menos. Mientras sacábamos el agua, dos completos extraños se hacían las preguntas típicas: “De donde sos”, “cuántos años tienes”, “que estudias”, etc. Ya que esto daba para rato, lo mínimo que podía hacer era conocer algunos detalles de la vida del que estaba sacrificando su sábado para auxiliarme.

- Me llamo Martín, ya que estamos…
- Ahhhh!! Pero qué estúpida. Un gusto Martín.

Demás está decir que me sentí ridícula. Me he vuelto una artista en las relaciones sociales pasajeras sin involucramiento de nombres, de tal forma que ya no está en mi naturaleza preguntar a alguien cómo se llama. Nunca. Simplemente no me viene a la cabeza esa duda. Es algo que tendré que cambiar eventualmente. Constantemente me sucede que me veo en situaciones donde la cara la recuerdo de algún lado, pero fuera del ámbito donde traté con esa persona me es imposible asociarla con nada. Y, por supuesto, el nombre no lo sé. Entonces recurro a los sobre-utilizados “che”, “flaca/flaco”, “¿qué me contás de nuevo?” (Esto para ver si nombra algún lugar o persona que me de pie de donde lo conozco), y muchos etcéteras más. Pero volviendo a la historia, de la vergüenza me propuse nunca más olvidarme de su nombre. Se llama Martín. Estoy segura en un 95%. O un 80%.
Yo, por supuesto, me he ahorrado la explicación de mí apodo diciéndole directamente mí -de otro modo inutilizado- nombre. Prefería resignarme a tener que reaccionar a deformaciones de Ana, como ser “Ani” o “Anita”, antes que ponerle a explicar mi apodo. Porque nunca se quedan conformes sólo:
- ¿Cómo te llamas?
- Danshu.
- Ah.

Sin embargo, sucede siempre algo al estilo de:
- ¿Cómo te llamas?
- Danshu.
- ¿¿AHH??
- Danshu.
- ¿Anyu?
- No, no, Danshu, con “D”.
- Ahh…



… Y… ¿porqué Anyu?

Y ahí me veo obligada a explicar mi apodo, y la única forma de hacerlo es explicando el porqué de los apodos de mis hermanos mayores, que son -los apodos, no mis hermanos- de origen Quechua, igual que el mío.
Entonces lo que naturalmente sigue en esta conversación, a la que me he visto prisionera incontables veces es:
- ¿Y que significa tu nombre, Anyu?
- Es Danshu, y no se exactamente qué significa, ya que mi madre sacó el nombre de un libro que no explica su origen.
- ¡¿Y no buscaste en internet?!
¬¬
- Si, busqué, pero me salen resultados que probablemente no tengan nada que ver con el quechua. (Según Google, en medicina, Danshu es la terminología utilizada para denominar un
músculo o algo al estilo, cercano a la columna dorsal, que parece ser un punto importantísimo en la acupuntura. En cambio, en japonés significa “hombre que se abstiene de las bebidas alcohólicas”, llamado así lo que sería como el Alcohólicos Anónimos ponja. Naturalmente, no me siento identificada con ninguna de las definiciones anteriores aunque, si tuviese que elegir, prefería ser un punto de acupuntura.)
- ¡O sea que no sabes que significa tu nombre!
- Mátenme.

En fin… para ahorrarme la tortura, y ante la inquisición de Martín, contesto:
- Mi nombre es Ana
- Ah. Lindo nombre.

Después de un momento de incómodo silencio, caen a la escena 3 chicos más, con cara -totalmente justificada- de no saber bien en qué se están metiendo. Eran los amigos de Martín del onceavo que nunca mas supieron de él, y ya tenían sed. Había pasado una hora al menos desde que lo mandaron en el emprendimiento de conseguir más cerveza, y fueron a su búsqueda al terminarse lo poco que les quedaba. Parece que el portero, antes de desaparecer completamente del mapa, tuvo al menos el detalle de cumplir con la petición del chico de avisarle a su grupito de amigos donde estaba. Quizás pensó que así no precisaríamos de su ayuda, o que “estorbaría” siendo ya tantos dentro de un solo departamento. Eran dos chicas y un chico. Con mucho esfuerzo me acuerdo el nombre “Cristian” y “Nadia”. El de la novia de Martín me avergüenza habérmelo olvidado. Inmediatamente al ver la situación en la cual estábamos inmersos, los chicos se arremangaron y pusieron manos a la obra. Yo no podía parar de agradecer, imagínense ustedes. Sin la ayuda de estos chicos, el curso de la noche hubiera sido bastante más drástico. Para mí, estos chicos tienen alas y túnicas. Quien diga lo contrario, que tire la primera piedra (?)

A partir de ahí, el panorama mejoró. Martín y Cristian en el balcón sacando a baldazos el agua, la novia de Martín en mi pieza con un lampazo, yo en el living con otro, el perro inmóvil en la cornisa, el portero escuchando un partido de Ucrania-Japón diferido por la radio y Nadia comprando las cervezas. Éramos el equipo perfecto. La lluvia parece que paró en algún momento entre la llegada de los chicos y el 3er gol de Ucrania. Se sentía el progreso en el aire...

Después de un buen rato luchando contra las fuerzas de la naturaleza, empezaba a verse los resultados. Los chicos nunca pudieron destaponar el desagüe, pero al menos lograron bajar el nivel del agua lo suficiente para impedir que vuelva a entrar lo que de adentro íbamos escurriendo. Ya, bajando un poco el ritmo, abrimos una de las cervezas y brindamos parados (porque la mesa, las sillas, el sillón y cualquier otro mueble que pudiésemos trasladar, estaban arrinconados contra una pared). Mi casa parecía una zona de guerra, pero estábamos contentos de haber evitado una catástrofe mil veces peor. La madera del parquet quedó hinchada de tanta agua que embebió, aunque sólo saltaron un par de los ladrillitos cerca de una esquina donde no se notaba mucho. Mientras los chicos seguían tomando y distendiéndose (pobres, merecían un descanzo), yo estaba con un secador apuntando al piso, a ver si ayudaba en algo, ya que de las grietas salía agua si lo pisabas un poquito. Al perro lo bajamos al piso y actuó mucho mas civilizadamente que antes, será por miedo a que lo devolvamos a su penitencia.Cuando miro el relój, eran apenas las 3:45. Yo no podía creerlo, ¿cómo pasó tanto en tan poco tiempo?!


Terminando la botella, me comentan que en realidad ellos se habían juntado para ir después a un boliche al cual los habían invitado (¿como... acaso no dedicaban siempre sus fines de semana a salvar vidas?). Me dijeron que la noche no estaba perdida y que me insistieron que me sume a ellos. Conociendo la naturaleza de la fiesta de cumpleaños a la que iba en camino cuando pasó todo esto, lo más probable es que ya estén todos borrachos tirados por ahí y la joda disipada. Aparte... ¿cómo negarme? Les debía la vida y francamente, después de lo sucedido, no quería irme a dormir en una pieza húmeda. Procedo entonces a acomodar mi pelo aleonado como pude, un poco de maquillaje express y subimos al dpto de Cristian. A Theodoro lo miro con cariño a los ojos y le imploro que se porte bien. Puse sus platitos de agua y comida a la vista y nos fuimos.

Llegados al piso 11, entramos a un departamento pequeeeeño y con pocos muebles. En la esquina había una pecera con una piedra, una rama y, aparentemente, ningún ser vivo. Nos sentamos y abrimos otra cerveza. Martín había vuelto a su casa para bañarse y cambiarse, ya que es el que más padeció la inundación. Mientras esperábamos, charlamos pavadas, y rápidamente nos envolvió una sensación mucho mas amena que la de mi departamento. La tragedia quedó atrás. Me acerco a la pecera de curiosa y le pregunto a Cristian si antes tenía ratones o algo de mascota. Me contesta:
- Nah, de vez en cuando tiro uno adentro para Juana.
- ¿?
- Juana, mi víbora. =D
- ¡Nuuuuuuuuuuuuuuuuu! ¡Que copadooooooo! ¡¡YOOO QUIEROOOOOOO, YO QUIERO, YO QUIERO, YO QUIERO!! ¿PUEDO? ¿PUEDO? ¡¿AHH?!

...¿Quien puede negarse ante semejante súplica? Abrió la pecera y me entregó al bicho. Por lejos, es la víbora mas mansa que conocí. Durante todo ese tiempo, no se fue de mis manos y hasta buscaba los dedos para refregar su cabecita. Tenía un estampado de lo más bello en marrones y verdes intensos, y me dejó con ganas de tener una yo también. Por lo menos no largan pelo ni montan objetos inanimados.

*Dos semanas después*
- ¿Pía puedo tener una víbora de mascota?
- Dejame pensarlo. No.
- Buuuuuuuuuu ¬¬
*Rebobino Dos semanas*

A la media hora, Martín volvió todo limpio y perfumado. Devolví a Juana a la pecera (si, me acuerdo el nombre de la víbora y no el de la novia de Martín. Soy lo menos.) y bajamos. El portero dormía en una silla del palier con la radio prendida y los pies desparramados sobre el escritorio. Ni se percató de nuestra presencia. Salimos a ver si parábamos un taxi. Ahí me di cuenta que no sabía a qué boliche íbamos, ya que la mayoría están lo suficientemente cerca como para ir a pata. Supuse que era a “Mitre” un bar demasiado cheto que, para algunos, justifica subirse a un tacho. Seguramente no querían perder más tiempo caminando, y un taxi pagado entre tantos ni se siente. De nuevo, mi curiosidad pudo más:
- Che... ¿y a qué boliche vamos?
- Uno que se llama Zen.
- Ahh... mirá vos. Nunca escuché nombrarlo. ¿Está bueno?
- De conocerlo, no lo conocemos, pero unos amigos están ahí, y dicen que tiene toda la onda.
- ¡Joya! ¿Queda lejos?
- Mhhh... bien, bien no sabemos, así que hay que preguntarle al tachero si sabe antes de tomarlo.
- Ok ^^

No pasó mucho hasta que pudimos parar un taxi que sabía de la existencia del susidicho boliche y fuimos en camino. En el transurso del viaje colgué mirando por la ventanilla y pensando. La verdad la estaba pasando bien. Estos chicos además de serviciales, eran muy buena onda. Era extraño como el curso de la noche pudo cambiar TAN radicalmente en tantos momentos. Realmente estaba disfrutando de los vaivenes de la vida. Estos son justamente el tipo de cosas que después quedan en el recuerdo de uno por un buen lapso de tiempo. Son esas anecdotas que ni uno mismo cree que haber vivido. Rompen con la rutina y te recuerdan lo imprevisible que pueden ser las cosas. ¿Quien hubiera imaginado que estaría ahora en un taxi lleno de desconocidos y yendo a un boliche que jamás oí nombrar? Era, al menos, excitante. Mis pensamientos fueron interrumpidos abruptamente:
- Che... y... chicos... ustedes saben... donde van, ¿no?
- Sep. ^^ - contestaron al unísono.
- O.O ¿Chicos... a donde saben que estamos yendo?

Hay un silencio repentino y sólo reaccionan mirándose entre ellos,. Y yo esperando respuesta desconcertada.
- Eeeemmm... a un boliche gay =D
- !!!!!
- ¿No te molesta, no? – se miran de nuevo- Por ahí tendríamos que habérselo comentado antes... ¡La verdad no nos dimos cuenta!
- Pero ustedes...
- No, no. Sólo vamos a conocer. Como te dijimos antes, un amigo nos invitó.

¡Hablando de vaivenes de la vida!

lunes, 12 de febrero de 2007

Sin gloria y sin pena

Ea gente que todavía ni sabe que existe esto!!

El tema es simple. De a poquito voy a ir mudando algunas cosas de mi espacio de msn ya que me colmó la lentitud de esa página. Por ahora será sólo texto, así que a los amigos que le gusten que le estimulen todos los sentidos: lo siento. No es para ustedes. Igual los quiero y les acepto una cerveza como prueba de que siguen siendo amigos (L)

De a poquito me voy volviendo más nerd. Me faltaría empezar a agarrarle la mano a blogspot y ver cómo personalizarla más, ya que la fachada que tiene es la que menos me desagradó (no por ello signifique que me agradó en lo más mínimo). Tengo entendido que se puede hacer creaciones personales. Todo a su debido momento.


Huy cómo se nota mi seguridad de que este blog quedará en la más oscuras de las sombras por mucho tiempo, que me permito limar alto, eh?


Bueno, basicamente una esta es una entrada de prueba; así que mejor ir directo a los bifes....







PROBANDO!!! 1.. 2.. 3!

Hola Hola Hola! Ho! Ho! HOLA! Ho.. Ho.. (funciona? HOLA??)

*chillido insoportable*


Ok. Anda. Nos vemos pronto. Saludos!